Cine

Jurassic World. A falta de guión, buenos son los dinosaurios

El sábado pasado fue un día especial. Llegaba, para mí, el final se la segunda trilogía de la saga «Jurassic» y todo el ritual típico de ir al cine cambió por el dónde y el con quién. Un día de esos que, aunque no haces nada especialmente particular, sabes que estás disfrutando de un día que pocas veces en la vida se van a repetir.
Y sí. Llegó. «Jurassic World» acabó.

Aunque «Jurassic World: Dominion» es la sexta de la saga, voy a comentar solo la segunda trilogía. No es un análisis, tampoco una crítica. Ni si quiera es una reseña como algunos conocidos me dicen («Me gustan tus reseñas de películas en Facebook»); yo no hago reseñas, no soy experto en cine, solo comento la parte que más o que menos me ha gustado de cada peli que veo.

La sensación general es muy agridulce. Por un lado considero que a nivel de guión, personajes y profundidad de la historia no ha estado a la altura de lo que esperaba, pero es algo común en casi todo producto artístico (videojuegos, libros, películas, series, música…); tú te creas una imagen idílica de lo que esperas pero los desarrolladores y productores o el artista ofrece lo que hay dentro de su cabeza. Por otro, me ha encantado la variedad de especies y cómo las han diseñado y animado para que las disfrutemos.

Pasaré a comentar brevemente algunos de los aspectos generales.

GUIÓN

No me ha gustado absolutamente nada. El camino que yo hubiera llevado habría estado muy alejado de llevar la bioingeniería a la clonación de humanos y hubiera tirado más por un verdadero dominio de los dinosaurios en el mundo reemplazando al ser humano y a las demás especies animales. Un cambio de papeles como en «El planeta de los simios».
Aún así, entendiendo que no deja de ser un producto artístico de consumo, lo acepto como en todas las películas, y creo que lo han tratado con bastante respeto y de una manera muy natural. Creo que en el mundo real, el ser humano hubiera seguido esos pasos de aprovecharse de los dinosaurios con fines lucrativos y para adquirir poder, tanto militar como político.

PERSONAJES

Owen es lo peor que le ha pasado a la saga. Las estrellas del ‘Parque’ son los dinosaurios, no los seres humanos. En la primera trilogía trataron mucho mejor este aspecto.

Claire tiene un arco evolutivo que, sinceramente, creo que muestra justo lo contrario del empoderamiento que busca: deja de ser una exitosa trabajadora que dirige (no es la jefa, pero es la que mueve el cotarro) todo un parque para acabar sus días cuidando de su ‘hija’ y su ‘marido’. Ni qué decir tiene que no entiendo por qué vive tan tranquila por el mundo, siempre he defendido que debería estar encarcelada como una de las responsables de la primera masacra de esta trilogía.

Los niños, en general, habían llevado un papel importantísimo pero secundario bastante apropiado en toda la saga (JP y JW) y son muy necesario para que el público infantil se sienta identificado. Es entendible que aparezcan.
Evidentemente Maisie Lockwood me sobra por lo que simboliza en la historia. Me gustan los niños que se meten ellos en problemas perdiéndose entre los dinosaurios, no los que son el problema en la película.

DINOSAURIOS

Creo que este es el fuerte de la saga; la gran variedad de especies que vemos, casi todas ellas con su momento de protagonismo sin empañar, para nada, la de los demás. Lo malo es que el protagonismo verdadero lo tienen solo los carnívoros; los herbívoros son meros animales que se cruzan en el camino de los primeros y ninguno abre líneas medio importantes en el guión.

Blue es, sin lugar a dudas, la estrella/mascota de la saga. Hay más dinosaurios que aparecen en todas las películas, pero ninguno que haya aparecido en todas tiene nombre propio. Además, la relación de la velociraptor con el protagonista, sus papeles de dinosaurio salva-humanos y que ella sea siempre el motivo de convencer a Owen de que se apunte a la aventura, lo deja claro. ¡Ah! Y el logo lleva sus colores.
Me gustó mucho en la primera película. Un animal salvaje amaestrado que muestra cierta relación con el ser humano sin perder su lado primigenio. En la segunda hace más la función de escudero de Owen y en la tercera es una especie de Diosa a la que han de cumplirle la promesa para que no deje de confiar en el hombre.

El mosasaurio tuvo un papel magnífico, aunque corto, en la primera película. Fue ese eslabón que nos hizo pensar que de verdad la segunda trilogía podía hacer cosas verdaderamente grandes.
Repitió con un papel muy discreto en tiempo pero vistoso en acciones en la introducción de la segunda parte. Verlo libre bajo la ola al final de la peli apuntaba a cosas importantes en el final de la saga. Pero su papel quedó relegado a una escena que claramente mostraba que la habían añadido por mostrar a la bestia y no por aportar a la historia.

El pteranodon y el dimorphodon cuentan con escasos minutos en la saga pero siembran el terror en todas sus escenas. No son los que más me gustan, pero reconozco que se han convertido en necesarios en la saga (si es que tiene futuro).

El indominus rex fue el primer choque con el guión de la saga. Aunque no me gustó la idea, el animal en sí tiene un diseño bastante espectacular. Y su papel, a fin de cuentas, es lógico en la mente humana: un monstruo más grande para atraer más público y ganar más dinero. En cuanto a guión, nada reprochable.

El relevo del híbrido fue el indoraptor. Como monstruo fuera de Jurassic sería espectacular. Una especie de lagarto ninja. Su diseño me encanta, pero el papel en la trama no. Aún así, digo lo mismo que con su predecesor: es lógico dentro del guión elegido; el ser humano busca el poder a través de ellos y este parece ser el arma definitiva.

El carnotauro era el dinosaurio al que más ganas le tenía cuando vi el tráiler de la segunda película. En los libros siempre fue, junto a los «compys», mi dinosaurio favorito por su comportamiento y su habilidad de mimetizarse con el entorno. En la película se deja llevar por el patrón de todos los carnívoros secundarios (baryonix, allosaurio…): correr y atacar. Una pena. Pasó a un segundo plano.

El parasaurio es de los pocos herbívoros (casi el único) que considero que tiene un papel con cierto potencial. Y es únicamente porque en la tercera parte se ve a Owen atrapando a uno (no comento la escena, mejor). Nos da información: que el ser humano trata de amaestrar a todo bicho salvaje incluso siendo los dinosaurios quienes campan a sus anchas por el mundo.

El baryonix protagoniza la que, para mí, es la peor escena de la saga. Además de ser el único bicho que no muestra miedo al fuego, le cae la lava en la cabeza y no le pasa nada. Es suficientemente inteligente como para perseguir humanos por un conducto y subir unas escaleras pero no para esquivar una silla.

El Stygimoloch  es otro de esos herbívoros que han caído en gracia a casi todos los fans de la saga. No aporta gran caso a nivel de escenas espectaculares, pero es la llave que abre la puerta (literalmente) en cierta parte del guión. En este caso, muy bien lograda su aportación: un bebé que la emprende a cabezazos con todo lo que pilla y un ser humano le engaña para aprovecharse de su particularidad. Yo pensaba que era un Pachycephalosaurio bebé, pero según la web oficial no.

El Atrociraptor tiene un papel que no me gusta nada: sustituir a los velociraptores que no aparecen en la tercera película. Su comportamiento es prácticamente el mismo (correr mucho y atacar de manera inteligente), su forma física muy parecida y, por si fuera poco, meten cuatro, como hicieron con los raptores, para que tu subconsciente los asocie aún más.

Por el comportamiento que le dieron, el dilophosaurio siempre había sido uno de mis dinosaurios favoritos de la primera trilogía. Siempre me quedé con las ganas de volver a verlo. Al fin volvió en la tercera y lo hizo en manada. Ese toque «velociraptoriano» de atacar en grupo rodeando al enemigo no me gustó demasiado, pero la esencia de lo que es este dinosaurio en la saga permaneció. Se ha hecho un huequito en mi top de dinosaurio. Aunque quizás también haya afectado tener calcetines de dilophosaurios, claro.

El dimetrodon tiene un par de escenas en la tercera película pero son más que suficientes. Me sorprendió muchísimo verlo y me hizo ilusión. A esta especie le tenía especial cariño por algún muñeco que había por casa cuando era pequeño, aunque realmente no recuerdo ese muñeco.

Como en toda película de la segunda trilogía, siempre hay una gran (literal lo de gran) decepción. En lña tercera película es el turno del Giganotosaurio. No vi el tráiler hasta después de ver la película. Por como presentaban a este bicho era el que estaba llamado a ser la gran amenaza de la película. Pues no se comió a nadie. Relleno puro. Sus minutos se los podían haber dado al mosasaurio o haber desarrollado más al dimetrodon. O incluso, que los «compys» hubieran tenido algo de especial, que en esta saga no han brillado más que por una o dos comidas sin demasiado espectáculo.

El pyroraptor fue otra sorpresa inesperada. A este dinosaurio no lo conocía (como la mayoría de los que aparecieron en la tercera película xD). Me gustó el desarrollo que le dieron, y aunque solo tuvo una escena, bastante icónica. Curioso eso de que su nombre significa «ladrón de fuego» y aparezca en el hielo y nadando.

El Quetzalcoatlus es otro de esos dinosaurios que me agobian mucho en pantalla. Los voladores no me gustan, pueden salir de cualquier parte y en cualquier momento. Solo tuvo una escena, pero clave en el desarrollo de la historia. Mejor eso que rellenar con paja.

El Therizinosaurio fue el gran acierto de la tercera película. Un desarrollo muy bien llevado; con un comportamiento propio, apariciones justas pero decisivas y jugando con el espectador con eso de «las apariencias engañan». Tampoco conocía a este, pero entró de lleno en los dinosaurios a los que les tengo cariño por las pelis.

Para el final he dejado a la gran bestia de la saga: el tiranosaurio rex. En esta trilogía ha perdido todo su comportamiento asesino y terrorífico en favor de ganarse el cariño del público por enfrentarse a dinosaurios más grandes. Y, como «siempre los tienen que hacer más grandes», le ha tocado quedarse en un segundo plano limitándose a abrir o cerrar películas.
Lo único bueno que rescato del trato que le han dado es que al final de la trilogía se puede ver una pequeña manada (no sé si eran cuatro o cinco ejemplares) libre. Siempre ha sido solitario (excepto en JP2). Ojalá en un futuro vuelva a ser protagonista, aunque su peligrosidad se deba al número de ellos que atacan.

Había decenas de especies que aparecieron en las tres películas, sí. Pero solo he comentado las que, para mí, han marcado de alguna manera el guión. Me quedé con las ganas de ver a los compsognathus en acción, aunque supongo que en JP3 ya ofrecieron todo su potencial. Como le ha pasado al tiranosaurio y al velociraptor, han sido seriamente agraviados en esta trilogía. Y ni hablar del espinosaurio. Ni si quiera hemos podido verlo de pasada.

Cierro, por tanto, esta entrada con la imagen de los «compys» comiendo pizza. Es de la serie «Campamento Cretácico» pero son «compys» y es pizza.

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